Lidiando con los celos de los demás
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Saludos, Padre Luis Eduardo
Y
Lidiando con los celos de los demás
¿Alguna vez alguien ha estado celoso de ti por la relación que tienes con Dios? Quizás alguien piensa que Jesús toma mucho de tu tiempo. Quizás eres criticado por estar en contra del aborto o por apoyar algún otro tema moral, porque tus perseguidores no quieren encarar la verdad mientras sus conciencias, muy al fondo, reconocen lo correcto que estás. Quizás ellos se sienten inferiores a ti o condenados por tu fe.
Esto es lo que le sucedió a David. La determinación de Saúl para matar a David había surgido de un semillero de celos que crecieron fuera de control por la popularidad de David. Y sin embargo, David nunca dejo de amarlo. Tal santidad sólo irritó aun más a Saúl.
Los celos hacen que todo parezca chueco y retorcido. Si Saúl no hubiera estado celoso, él podría haber visto la fidelidad y la amistad de David. El se podría haber beneficiado de su servicio por muchos años buenos, pero él en lugar lo hizo a un lado.
¿Quién te ha estado apartando? Ellos hacen esto porque se sienten amenazados por ti, así como Saúl se imaginó que David amenazaba su posición legítima como rey. Los celos hacen a las personas temerosas de nosotros tomando un pedazo de la verdad y agrandándola a algo que no es. En el caso de David, él fue verdaderamente la elección de Dios como segundo rey de Israel, pero no deponiendo al primer rey de su trono como lo sospechó Saúl.
Cuándo nosotros no podemos convencer a los demás de nuestras buenas intenciones y cimentar su confianza en nosotros, nosotros tenemos que poner nuestra confianza en Dios, como lo hizo David en la primera lectura. Tenemos que amar a nuestros enemigos y hacerles el bien, nosotros tenemos que perdonarlos por los problemas que ellos nos causan, y tenemos que esperar en el tiempo perfecto de Dios para que nuestra reputación - y quizá nuestra relación - sea restaurada. El plan de Dios nunca se desviara por nadie permanentemente.
Si te encuentras cayendo preso de la vista retorcida del que te persigue, y empiezas a dudar de tu bondad, recuerda que Jesús te ha convocado como lo hizo con los primeros apóstoles en la lectura de Evangelio. Este gran Rey está de TU lado. Cualquiera que no toma su partido tiene una buena razón para estar celoso de ti.
Continúa amando a tus enemigos. David fue amable con Saúl aún durante los ataques contra él, aún durante los muchos años de pelea, aún cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl y poner un fin a las persecuciones. A menudo, tenemos que separarnos de los que nos lastimarían, como lo hizo David, pero nunca debemos dejar de amarlos. Dios nos honorará por esto, como lo hizo con David, y finalmente mucho bien vendrá de nuestras experiencias.
Reflexión de Las Buenas Nuevas
Viernes de la Segunda Semana del Tiempo Ordinario
Enero 22, 2010
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