No existe un robot que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario
Común en nuestro siglo es escuchar que empresas fuertes reemplazan al hombre por la tecnología robótica. Pero lo más triste de todo, es que también en la empresa más grande e importante que Dios delegó al hombre, la familia, reemplazamos con objetos lo que los seres humanos son llamados a dar y hacer. Un ejemplo de ello es el tiempo: Cambiamos el compartir con nuestros seres amados por regalos o salidas, por un video juego o unas horas de televisión. O simplemente, un celular con la mejor tecnología y con los mejores planes que se ofrecen pensando que con ello podemos estar en comunicación constante. Escuchar una voz al otro lado del teléfono, escribir o leer unas letras por el chat, no puede reemplazar a unos ojos que te miran, te comprenden y unos brazos que pueden tomarte y abrazarte. Aunque la tecnología nos mantenga en “contacto” nada podrá reemplazar lo extraordinario del amor expresado en la caricia y la presencia activa de una persona que como tú, eres grande.
* Cita para meditar.
Ø Proverbios 2:6,7: porque Dios da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia. Él provee de sana sabiduría a los rectos: es escudo para los que caminan rectamente.
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